La era de la exigencia
- Antonio García del Pino Martín
- 23 ago 2022
- 5 Min. de lectura

Cómo la sociedad contemporánea y su abrumadora exigencia ha cambiado la utilidad de la cantera en el fútbol moderno.
Probablemente si eres amante del fútbol y a su vez nacido en el siglo XXI, habrás oído elogios por parte de algún familiar mayor que tú hacia 'La quinta del Buitre'. Aquel grupo formado por 5 jugadores surgidos en las categorías inferiores del Real Madrid, que llegaron al primer equipo y maravillaron a aficionados de todos los equipos por su brillante y solvente juego. Aquel equipo pasará a la historia por el mérito de conseguir competir en la élite nacional a base de canteranos. Pero, tú, que has nacido en el siglo XXI, ¿sabías que 'La quinta del Buitre' nunca ganó la Copa de Europa? Si ahora es impensable que un equipo pase a la historia del fútbol sin ganar la máxima competición europea, ¿por qué aquel equipo lo hizo? La respuesta a esta pregunta es más simple de lo que parece. El tiempo pasa y el fútbol evoluciona, y con él, las exigencias por parte de aficionados y prensa. Si un equipo actual quiere ganar, tiene que hacerlo inmediatamente, de nada vale hoy en día pensar en invertir a largo plazo y sacrificar dos, tres o incluso cuatro años para encontrar un grupo estable de profesionales que te ayuden a asentarte en la élite. En el fútbol actual ha desaparecido el 'proyecto a medio/largo plazo' para dar paso a 'quiero ganar y quiero hacerlo ya.' Todo esto provoca innumerables consecuencias, pero una sobresale por encima del resto: La cartera se opone a la cantera.
Si indagamos en el tema e intentamos analizar el porcentaje de canteranos que tiene cada uno de los grandes equipos europeos, el resultado no deja indiferente a nadie. Empecemos por el Real Madrid, el gran dominador de la Champions League en la última década, con cinco 'orejonas' en ocho años; De los once jugadores que saltaron al campo en la final, tan sólo dos estaban formados en la cantera (Carvajal y Casemiro). Pero no sólo el club blanco refleja esta situación, nada se sabe de aquel F.C Barcelona que enamoró a medio mundo por jugar sus partidos con seis e incluso siete canteranos, ni de aquellos Milán y Juventus formados principalmente por 'ragazzi' de la zona. El equipo catalán ha optado por desembolsar millones y millones de euros para formar su plantilla, olvidándose de la tan preciada 'Masía', mientras que los clubes italianos ya no se centran en jugadores nacionales, si no que son un claro reflejo de que la cartera ha 'devorado' a la cantera. Ninguno de estos datos tiene como objetivo desprestigiar el honor de los clubes, más bien reflejar la desorbitada exigencia a la que se someten cada año.
Volvamos a 'La quinta del Buitre'. ¿Sabías que el Real Madrid llevaba sin ganar la liga cinco años antes de la aparición de esta generación? Así es, el club blanco estuvo un lustro sin ganar ningún título importante, impensable que eso suceda ahora. Pero nadie le dio importancia, pues eso sirvió para ir forjando el que para muchos es el mejor equipo de la historia del club merengue.
Invertir en la cantera significa riesgo, significa tomar un tiempo ilimitado para llevar a cabo el proceso de adaptación y de maduración que requieren los jóvenes formados en las categorías inferiores. A menos que un club se tope con una generación dorada como la que disfrutamos en el F.C Barcelona dirigido por Guardiola, es prácticamente imposible que un club de talla mundial deje de lado sus ambiciones a largo plazo para asentar un equipo con jugadores de la casa. Es inevitable escuchar críticas hacia estos combinados, acusándolos de haber matado el espíritu de los jóvenes, cuya única aspiración es la de salir cedidos o incluso vendidos para disfrutar de minutos. Pero, ¿qué otra opción tienen? Los mismos que critican a estos clubes harán lo propio cuando no consigan triunfar en Europa.
No todo es tan oscuro, pues todavía existen clubes que tratan la cantera como un tesoro, y que no la anteponen ante ninguna otra cosa, ni siquiera ante el éxito. Obligados estamos a hablar del Ajax, probablemente la mejor cantera que ha existido en el mundo del fútbol, siendo además un hogar para jóvenes de todo el mundo que quieren dar el salto al fútbol europeo. No se queda atrás el Athletic Club, con incluso más mérito todavía, pues solo conforma sus plantillas con jugadores de su cantera o de la zona de 'Euskal Herria'. Lo que sucede con estos equipos es lo que cabía esperar: no siempre triunfan. Depender únicamente de tu cantera conlleva estar preparado para cuando las generaciones de futbolistas no sean de tanta calidad, o para cuando equipos con mayor potencial económico te quiten estos jugadores de tus filas. Así es como, ni Ajax ni Athletic consiguen estar siempre en la élite europea, es más, si echamos la vista atrás, en los últimos años se han visto relegados a un segundo plano, ya que los equipos de 'cartera' les han tomado la delantera. Pese a no conseguir el éxito, hay otras ventajas que te aporta esta filosofía. En el caso del club bilbaíno, las aspiraciones e ilusiones de los jóvenes de Lezama, se ven intactas, pues tienen la esperanza de que con trabajo y con esfuerzo se verán recompensados y formarán parte algún día del primer equipo, siendo afición, ciudad y club, una gran familia. Lo que nos lleva a una cuestión más ética que deportiva: el fracaso. Sin aspiraciones excesivas es más difícil fracasar, mientras que si trabajas con presión vivirás con el fracaso pisándote los talones continuamente.
Todo esto nos deja un panorama futbolístico completamente diferente al que teníamos hace no tanto. Si antes comenzábamos hablando de 'La quinta del Buitre', dime, ¿es posible que se vuelva a repetir? La respuesta es no (por lo menos a corto plazo). ¿Cómo va a repetirse una generación de canteranos en el primer equipo, si la mayoría de estos están jugando en el extranjero? La abrumadora exigencia de la que hablábamos antes está cambiando el fútbol, y con ello, las aspiraciones de los múltiples jóvenes que forman las canteras españolas. Exigencia que no existe en otros deportes. En la NBA, lo más frecuente es que las franquicias que tienen rachas exitosas, se tomen un tiempo de descanso para planificar su próxima generación dorada, sin temor a la presión de la prensa y los aficionados. Los Lakers y los Celtics, las franquicias más antiguas y exitosas de la historia del baloncesto, pueden permanecer una década entera sin ganar un anillo ¿Te imaginas que el Barcelona o el Real Madrid estuvieran diez años sin ganar la Champions? Se calificaría como el mayor fracaso de la historia del fútbol español. No así en el baloncesto, pues tanto la franquicia de Los Ángeles como la de Boston saben que con paciencia los éxitos volverán a llegar.
La poca paciencia está cambiando el fútbol, está creando fracasos de la nada y está generando presión a unos clubes que cada año se enfrentan a una constante evaluación mortífera.
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