El Athletic, de 3 en 3 y de 4 en 4
- Antonio García del Pino Martín
- 1 oct 2022
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 13 oct 2022

El Athletic encadena tres victorias consecutivas por primera vez en dos años y medio, anotando cuatro goles en el mismo encuentro por tercera vez este curso, en esta ocasión frente a un Almería en recesión.
Volvía el fútbol a la Catedral tras el parón de selecciones y con él, un Athletic absolutamente en racha. Delante, un Almería en crisis, necesitado de victorias para salir del pozo, uno de esos equipos que se mira al espejo y lo único que ve son defectos. Dicho parón había requerido de jugadores de ambos equipos, sobre todo del Athletic, que perdió durante el mismo a Nico Williams y Unai Simón. A pesar de ello, ambos fueron titulares ayer, uno dejó la portería a cero, y el otro lo que dejó es la certeza de que está para cosas muy grandes.
El comienzo del partido fue cuanto menos vibrante, ambos equipos salieron sin complejos a buscar la portería rival, con un fútbol valiente y ofensivo, que hacía vibrar a la grada de La Catedral. Hubieron ocasiones para ambos bandos, pero sería el Athletic quien abriría la lata en el minuto 10. Acostumbrada ya la parroquia rojiblanca a que su equipo encuentre puerta con facilidad, y ya olvidados los problemas con el gol de las primeras jornadas, veían como Iñaki Williams aprovechaba un centro con la zurda de su hermano Nico para batir de cabeza a Fernando y poner el 1-0 en el marcador. La conexión entre los Williams volvía a dar sus frutos, y es que ambos hermanos viven un momento inmejorable. El mayor debutó la semana pasada con la selección de Ghana, representando unos orígenes de los cuales se ha sentido siempre tan orgulloso; y el menor, uno de las sensaciones del momento en Europa, lo hizo con la selección española, siendo de lo más destacado del conjunto de Luis Enrique y presentando firmemente su candidatura para el Mundial de Catar.
A pesar de que en el inicio del partido el protagonismo fuera de los hermanos Williams, el encuentro rápidamente empezaría a pertenecer a las botas de un jugador en concreto. No sería Muniain, quien acostumbra a hacerlo. Tampoco Berenguer, que estaba siendo el mejor jugador del Athletic este año. Sería Oihan Sancet. El lince, como se le apoda, volvió a dejar ayer una masterclass de dominio del tiempo y los espacios, probablemente su mejor virtud. Gran culpa de esto la tenga la alineación propuesta por Ernesto Valverde. El Txingurri volvió a alinear a Dani García como pivote, dejando así a Vesga en el banquillo. A nadie se le escapa que el de Zumárraga es un jugador que abarca más campo que Mikel, y que trabaja mejor en labores defensivas. Seguramente sea por esto por lo que se vio ayer la versión más dominante de Sancet. Liberado totalmente de labores defensivas y con capacidad para soltar todo sus cualidades ofensivas, el de Pamplona no tardó en volver a mover el marcador. Sería tras un pase pasado de intensidad de Óscar de Marcos, que el propio Oihan convertía en bueno con un control delicatessen y batiendo por debajo de las piernas al portero almeriense.
Con el 2-0 en el luminoso la película cambió. Los locales empezaron a mover el balón en posesiones largas al ritmo de Muniain, mientras mataban lentamente a un Almería que tras la marcha de Sadiq no ha vuelto a ver puerta. Con ocasiones de sobra para hacer el tercero pero sin lograrlo, terminaría la primera parte en San Mamés.
Intentaría Rubi agitar a su equipo dando entrada a Dyego Sousa, pero la realidad es que la narrativa seguiría por el mismo camino. Empezaba el segundo periodo con un Athletic de nuevo instalado en campo del Almería, y que tardaría poco en ampliar la diferencia. De nuevo Sancet, esta vez interpretando el papel de asistente, dejaría a Iñaki Williams solo contra Fernando, a quien superaba con una definición poco ortodoxa. No obstante, el VAR revisaría el gol y lo anularía por fuera de juego, ajustado, desde luego.
Respiraba así un Almería que veía como nunca se acaba el hambre de unos leones que concederían después la única ocasión clara del partido en su contra. Sería en las botas de Dyego Sousa, que recibía en el área, se giraba, y sacaba un disparo que acababa despejando Unai con los pies. El guardameta rojiblanco no se quería quedar sin participar en la fiesta, y es que el de Vitoria viene de ser clave en el triunfo de España ante Portugal, y ayer en liga volvió a dejar su portería a cero para aclarar las dudas sobre su titularidad en el Mundial.
Desaprovechada la ocasión por los visitantes, volvería a entrar en funcionamiento la apisonadora del Athletic, que ahora sí, ampliaba la diferencia en el marcador. Una combinación de los hermanos Williams terminaba en botas de Rodrigo Ely, que veía como Nico, el más listo (y trabajador) de la clase, le arrebataba el cuero para definir por debajo de las piernas, y culminar así una semana inolvidable para el joven cachorro. Es entonces cuando empezaba a mover el árbol el Txingurri, salía un ovacionado Sancet para dar entrada a Ander Herrera, y también lo hacía Yeray para que entrara Aitor Paredes. Aún así, el encuentro seguiría por los mismos derroteros, el Almería seguía sufriendo los ataques de un Athletic que siempre quiere más. Entrarían también Vesga y Villalibre por Berenguer y Muniain, y sería ahí cuando el Athletic encontraría el cuarto. Convertido desde el punto de penalti por Mikel Vesga, quien lo había provocado, culminando así un nuevo festín de goles en San Mamés, que se ha acostumbrado a ver a su equipo ganar con goleadas.
Una nueva victoria que coloca a los bilbaínos en tercera posición, a la espera de lo que haga el Betis, y que vuelve a traer la ilusión a una afición que no veía como su equipo conseguía tres victorias seguidas desde hace dos años y medio. Esta claro que este Athletic va en serio, todavía queda ver donde está su techo cuando se enfrente a rivales de peso, pero el hecho de no jugar competición europea les coloca con cierta ventaja con respecto a sus competidores de plazas europeas. La primera prueba de fuego, la semana que viene, en el Sánchez Pizjuán.
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