Duelo de élite en el Bridge

Chelsea y Manchester United se reparten puntos en un partido que se resolvió en los minutos finales.

Marcaba el Big Ben las 15.30 (16.30 en España) cuando el árbitro señalaba el pitido inicial del que prometía que iba a ser el partidazo de la jornada en la Premier League. Como local, un Chelsea en plena reconstrucción (no demasiado brusca) por la era Potter, que empieza a encadenar resultados positivos tanto en liga como en Champions; con Kepa un día más como portero titular, y con un 3-4-3 que empieza a ser costumbre, con Cucurella como central zurdo. En frente, como visitante, el Manchester United de Erik Ten Hag que poco a poco empieza a poder competir a los equipos de la parte alta de la tabla; Varane y Lisandro asentados en el eje de la defensa, Casemiro como pivote titular con Bruno y Eriksen por delante, y un tridente formado por Sancho y Antony en las bandas y Rashford en la delantera. Ambos equipos en pleno viaje a Ítaca, tratando de limar asperezas y potenciar virtudes, en proceso de asentar un once titular y con la mente puesta en los puestos de Liga de Campeones. El encuentro estaba señalado en el calendario como el partidazo de la jornada, pero lo cierto es que no acabó siendo ni mucho menos un partido fácil de ver para el espectador neutral. Tuvo un ritmo trepidante y una intensidad digna del fútbol británico, pero no destacó por sus ocasiones, al menos en la primera parte.

El muro de Kepa

Serían los visitantes los que empezarían dominando la posesión. El equipo de Ten Hag, por medio de Eriksen y Bruno, y de un Lisandro siempre preciso en el pase, encontraría una y otra vez al hombre libre a la espalda del mediocampo 'blue'. Tanto fue así, que las principales ocasiones del primer periodo serían para los 'red devils'. Primero Antony con un disparo desde la frontal, y más tarde Marcus Rashford con un mano a mano y un disparo cruzado. Las tres ocasiones tendrían algo en común: Kepa Arrizabalaga. No se entiende el 0-0 con el que se fue el partido al descanso sin la gran actuación, una vez más, de Kepa, pues el de Ondárroa sostuvo a su equipo con tres paradas dignas de su etapa en el Athletic. El portero vasco está viviendo una resurrección y empieza a recordar a aquel portero milagroso que tantos puntos salvó en La Catedral.

La varita de Potter

Tanto empezaba a dominar el United la batalla por el mediocampo, que Graham Potter decidió que era suficiente. Muchas veces, los entrenadores se encargan de dejar claro que el fútbol es de los jugadores, y que son ellos quienes deberían ser los principales protagonistas de la obra. Sin querer negar tal evidente afirmación, lo de ayer fue una muestra del importante peso que tiene un entrenador en la narrativa de un encuentro. Ante la constante superioridad de Bruno, Eriksen y Casemiro frente a Jorginho y Loftus-Cheek, el que fuera entrenador del Brighton decidió mover el partido en el minuto 35, dando entrada a Kovacic y sacrificando a Cucurella. Pocas veces se ven cambios en la primera parte en el fútbol de élite, pero lo de ayer acabó resultando vital para el devenir del encuentro. Con la incorporación del croata al mediocampo, el Chelsea pasó a formar con un 4-4-2 en rombo, lo que supuso que Mount saltaba a Casemiro, uno de los dos volantes saltaba al lateral en caso de que fuera a recibir el balón, y el mediocampo de ambos equipos quedaba emparejado uno a uno, eliminando así la superioridad por parte de los visitantes antes del cambio. Tanto fue la influencia de dicha sustitución, que el Chelsea empezó a comerle terreno a los diablos rojos, yéndose al descanso con un partido más igualado de lo que podía parecer. No sin antes recibir el último susto de las botas de Antony, que falló una ocasión clarísima delante de Kepa.

La polémica y la vuelta del 'Fergie Time'

La segunda parte traería más de lo mismo: ritmo, intensidad y ganas de ambos equipos, pero muchos errores y pocas ocasiones notables. La mala noticia de la noche corrió a cargo de los visitantes, pues Raphael Varane salió del campo entre lágrimas tan una acción fortuita en la que no queda claro que parte de la pierna se lesiona el central francés, que tan buena dupla estaba formando con Lisandro. Una remate de Chalobah de cabeza que tocó ligeramente el larguero fue lo único remarcable hasta el minuto 80. Sería entonces, en el minuto 83 para ser exactos, cuando llegaría la acción que movería el 0-0 del luminoso. Un agarrón de McTominay a Broja a la salida de un córner sería señalado por el árbitro como pena máxima. La polémica estaba servida. Lo cierto es, que por mucho que pueda parecer poco como para ser penalti, el escocés agarra continuadamente al delantero albanés en un gesto que parece poco natural como para ser un marcaje. No fallaría desde los once metros, como suele ser costumbre, Jorginho Frello, que batió a De Gea con su saltito marca de la casa. Ponía así el 1-0 el Chelsea en un momento más que crítico para el United, que disponía de apenas diez minutos para darle la vuelta. Pero, todo lo que no había pasado en los primeros 80 minutos de juego, pasó en los últimos 10. De hecho, todo lo que no había pasado desde la llegada de Casemiro al United, pasó en el partido en Stamford Brigde. Al brasileño le había costado hacerse con la titularidad, pero no solo fue titular contra todo un Chelsea, sino que acabó siendo el héroe que rescataría un punto para su equipo. El exjugador del Real Madrid remataba de manera forzada un centro a la desesperada de Luke Shaw en el minuto 93 (familiar para él), y cuando parecía que Kepa iba a obrar el milagro con una estirada antólogica, la tecnología de la línea de gol determinaría que el balón traspasó la línea, y que por lo tanto, el United salvaba los muebles en Stamford Bridge, como antaño, en el 'Fergie Time'.

Un punto para cada equipo que deja las cosas como estaban, Chelsea cuarto a un punto de los mancunianos. Ambos equipos parecen empezar a encontrar la manera de competir a partir de las piezas que tienen, y dejaron claro que la pelea por los puestos de Champions esta temporada volverá a estar más que correosa.

Redactado por: Antonio García del Pino